La campana extractora se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestras cocinas. Y es que los malos humos no ayudan entre los fogones. Para cocinar a gusto necesitamos un espacio libre de olores y humos así que la función que desempeña la campana es una de las más importantes en la cocina; elimina la grasa en suspensión en el aire, los humos, olores y el vapor mediante una combinación de filtrado y la evacuación del aire. Pero no todas tienen las mismas características, ni son adecuadas para el mismo tipo de cocina, por lo que debes considerar varios aspectos antes de elegir la tuya.
Modelos de campanas
De pared, isla, inclinadas, telescópicas… Existen modelos con diseños y características muy variadas; seguro que hay uno que se adapta a las necesidades de extracción y el estilo de tu cocina. ¡Sigue leyendo!
Campanas decorativas: Son más modernas y llamativas. Su diseño es sencillo y minimalista. Se pueden colocar tanto en cocinas con islas como en otro tipo de cocinas, pero si no dispones de una isla, lo ideal es instalarlas en un espacio libre de muebles alrededor. Puedes elegir entre diseños piramidales, rectangulares e inclinados.
Extraplanas o encastradas: Son las más discretas y económicas. La campana deja de ser un elemento decorativo propio para esconderse dentro de un mueble en el que además podrás guardar lo que quieras. Pasan desapercibidas con el mobiliario y se extraen tirando del frontal para que funcionen.
¿Cómo funcionan?
Por extracción; el motor de la campana aspira el aire que se genera y pasa por un filtro antigrasa que es expulsado por la salida del humo. El tubo por el que sale el aire es mejor que sea lo más corto posible. De este modo la campana necesitará menos potencia (y por tanto menos consumo) para poder expulsar el aire por la correspondiente salida de humo. Los filtros que llevan las camapanas son muy fáciles de limpiar puesto que se pueden extraer y meter directamente en el lavavajillas.
Por recirculación; las campanas que no tienen salidas de humos abosroben el aire limpiándolo de grasa y después pasa por otro filtro de carbíon activo que devuelve el aire a la cocina libre de olores.
Para tomar tu decisión debes tener en cuenta…
Antes de hacernos con una campana para la cocina debemos conocer los metros cúbicos de la cocina (ancho x largo x alto), el tipo de ventilación (si tenemos salida al exterior o no) y el uso que vamos a hacer de la cocina. No necesita lo mismo una pareja que apenas cocina en casa que una familia numerosa que hace un uso diario de la misma.
El tamaño; debe ser mínimo igual al de la placa de cocción, aunque lo más recomendable es que sea un poco más grande para que tenga una mayor capacidad de absorción. Los modelos que se fabrican cada vez son más silenciosos aunque también es cierto que el ruido aumento dependiendo de la capacidad de absorción. Si no quieres que provoque demasiado ruido, te recomendamos un modelo que no pase de los 60 decibelios.
Potencia necesaria; según informan los propios fabricantes, una campana extractora adecuada debe renovar el aire de la cocina entre 6 y 12 veces a la hora (6 a velocidad mínima y 12 a velocidad máxima). Para calcularlo debemos conocer el volumen total de nuestra cocina (alto x ancho x largo) y multiplicarlo por la cantidad de veces que se necesita renovar el aire (12 a velocidad máxima). Por ejemplo, si tu cocina mide 10 metros cuadrados, y 2’40 de alto, el resultado sería: 10 x 2’40 x 12 = 288 m3. Por lo tanto, para una aspiración mínima necesitarías una campana de 288 m3 por hora de aspiración. Sin embargo, es recomendable instalar una de mayor potencia de la necesaria ya que, para aspire de forma adecuada, no tendrás que programarla para que trabaje al máximo de su velocidad y por tanto hará menos ruido.
Consumo: comparada con otros electrodomésticos, la campana es uno de los que menos energía consume, aunque el gasto final siempre dependerá de la potencia del modelo que se haya elegido. Cuando la campana funciona a potencia mínima, se calcula que el consumo es de unos 70 w/h y cuando funciona a máxima velocidad y con la luz encendida es de unos 200 w/h. Las campanas suelen tener tres velocidades, aunque algunas ya incluyen una cuarta.
Para poder alargar la vida de la campana extractora se recomienda, además de limpiarla de forma periódica, ponerla en funcionamiento en cuanto se coloquen en las placas las ollas o las sartenes para evitar que el motor se sobrecaliente y así aumentar su eficacia contra los olores o vapores. Cuando limpies el frente exterior, sea de aluminio o acero inoxidable, debes hacerlo con un paño suave empapado en detergente líquido neutro. Sea cual sea el tipo de campana por la que te decantes, todas incorporan filtros para el aire que deben limpiarse de forma periódica cuando la grasa se haya acumulado. Montarlas y desmontarlas es sencillo y, además, los filtros también son recambiables. En las campanas de recirculación, los filtros de carbono se deben cambiar obligatoriamente una vez al año para que el sistema depurador funcione correctamente.
Los filtros de fibra de fieltro puedes lavarlos a mano, siempre y cuando pongas cuidado, para que no pierdan la forma, ya que te resultaría muy complicado colocarlos de nuevo.
En las campanas de succión son habituales los filtros de metal, que puedes lavar en el lavavajillas si no tienen la grasa demasiado incrustada. Si han acumulado demasiada grasa, es mejor que los sumerjas en un recipiente que contenga algún producto desengrasante.